
08 Abr Las experiencias del equipo de Delporte Ingenieros en pandemia
El equipo de Delporte Ingenieros sigue creciendo de la mano de matrimonios y nuevos bebés. Estas son las últimas novedades de nuevos colaboradores. ¡Muchas felicidades!
El milagro de la vida
El coordinador de Proyectos BIM, José Manuel Montenegro, se sumó al equipo de Delporte Ingenieros en septiembre de 2020. Y el 21 de enero de 2021 nació su primera hija, lo que para él y su esposa fue un milagro, ya que llevaban varios años intentando tener un hijo.
El ingeniero civil cuenta que ya pensaban que eran infértiles, porque pese a que los exámenes salían bien, tomaban los medicamentos y seguían todas las indicaciones, nada resultaba. De hecho, estaban pensando ya en adoptar cuando decidieron ir a un sacerdote católico para confesarse y rezar. Además, siguieron unos consejos del cura, y a su juicio y el de su señora, esto les resultó. Por eso, José Manuel cuenta su historia, para “dar testimonio y esperanza en este mundo en donde la mayoría de las noticias son tristes”.
Círculo sagrado
Saúl Vergara, dibujante arquitectónico y estructural de Duoc UC, se casó el 3 de febrero de 2021, a días de cumplir un año desde que llegara la pandemia a Chile. “Para mí el matrimonio tiene un significado grande, que es cuando enfrentas una relación sin temor al fracaso”, dice Saúl, quien cree que el verdadero amor implica valorar a la persona que amas, “la que llega a ser tu mejor amiga, compañera, confidente. Y todo se cierra en un círculo sagrado, sin temor a las cosas, lo que ha hecho que hoy pocos quieran estar casados, en vez de luchar por seguir demostrando el amor y respeto a tu compañera de por vida”.
Reencuentro familiar
Desde su oficina en el área de contabilidad y recursos humanos, Janira Torres se fue directamente a su casa en marzo de 2020, producto de la pandemia, cuando aún no alcanzaba a tener tres meses de embarazo. “Desde ahí no salí más a la calle”, cuenta.
Hoy, su segunda hija Constanza ya tiene 5 meses y Janira cuenta que desearía volver a la oficina, dado que el trabajo se hace de manera más expedita, pero también agradece la posibilidad de haber podido estar más tiempo con su hija mayor de 7 años. Antes de eso, apenas la podía ver dos horas al día, ya que estudiaba y trabajaba.
Si bien reconoce que ha sido un tiempo complejo conciliar el trabajo, el embarazo, y la atención y educación de su hija mayor, cuenta con el apoyo de su pareja, quien ha podido estar en la casa semana por medio. “Hay que tener paciencia y verle el lado bueno al encierro, porque estar achacándose entre cuatro paredes es para volverse loca”, dice.