Cristián Delporte: «Tenemos que dar visibilidad y liderar el quehacer de la ingeniería estructural»

 

Cristián Delporte, gerente general de Delporte Ingenieros y hoy past president de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE), hizo un recuento de su gestión y habló sobre los desafíos para la profesión, que aún es necesario enfrentar.

La presidencia de Cristián Delporte en AICE estuvo marcada por una reestructuración para salir de una crisis administrativa, la que hoy –dice con orgullo- está superada: “Lo que me dejó más contento es haber dejado la Asociación con utilidades, aunque suene bien terrenal y banal, era fundamental hacerlo”. Y en ello fue necesario el apoyo de los directores y los auspiciadores. “Comenzamos desde cero con los auspiciadores, los reencantamos, nos transformamos en una productora y potenciamos las actividades, porque ese era el objetivo, financiar a la Asociación”.

Si bien reconoce que fueron años complicados, lograron salir adelante y por eso hoy se muestra optimista frente a lo que se viene, que dice relación con avanzar en los temas gremiales que aún están pendientes entre los ingenieros estructurales.

Actualmente, “la AICE ya está financiada y no podemos dejar las actividades, porque eso nos permite avanzar”, añade Delporte. Sin embargo, admite que “no me gustaría que la Asociación se transformara solo en un productor de eventos. Debe tener su lado más técnico y sobre todo gremial, porque los últimos años hemos estado sumamente pendientes de la producción de las actividades, las que son buenas, porque nos visibilizan y nos permiten incorporar nuevos socios, pero es momento de empezar a implementar las otras visiones también”.

Una idea que lo entusiasma mucho es poder contar con un Comité de Asesores, que reúna a los ex directores para conversar y aportar ideas a la Asociación. “La idea es que sean cosas más gremiales, porque hay muchas instituciones viendo la parte técnica: Achisina, el Instituto de la Construcción y otras”, explica. La razón tras esta instancia es que el Directorio actual tiene un rol más ejecutivo y muchas veces no les da el tiempo para realizar todo.

¿Cuáles son los temas que falta impulsar desde el punto de vista gremial?
Como estamos metidos tanto en la parte técnica, muchas veces no visualizamos el área gremial. Hay un tema que siempre ha surgido y que no se ha resuelto, referente a los seguros. Hay empresas que tienen sus seguros individuales, pero en Chile no existe una institución que ofrezca seguros para profesionales, para lo que hacemos nosotros, creo que eso es un tema que efectivamente hay que resolverlo y no solo para los ingenieros civiles, sino que para todos los profesionales.

¿Aumentar la visibilidad de la profesión está entre los desafíos?
Sí, otro tema es aumentar nuestra presencia en las decisiones. Todas las instituciones son lideradas por arquitectos, me parece bien, ellos proponen, dan ideas, pero muchas de esas ideas estructuralmente no son buenas, porque efectivamente no las visualizan. Y nosotros no aportamos y no decimos nada, solamente como ejemplo, la edificación continua te obliga a que los edificios estén pegados uno al lado de otro para que se produzca la fachada continua, pero la norma sísmica te dice que tienen que estar separados, entonces la idea es ver cómo aportamos en ese tipo de cosas, en planos reguladores, en la Ordenanza, en exigencias que se le hacen a la construcción, ahí deberíamos estar siempre presentes y no lo estamos. De a poco lo hemos estado haciendo, pero creo que falta.

A partir de este grupo de asesores podrían salir más temas gremiales.
La idea es que este grupo empiece a visibilizar estas cosas, que digan en qué debiera estar la Asociación, porque uno individualmente no las ve todas. El hecho de que pueda calcular cualquier persona. En la AICE hay diferentes miradas, hay gente que dice que da lo mismo, hay otros que opinan que quienes firman al menos deberían tener cierta cantidad de años de experiencia, otros hablan de la necesidad de una acreditación. Debemos liderar ese tipo de discusión y tomar decisiones al respecto, no esperar que otros lo hagan por nosotros, porque va a afectar directamente nuestra profesión.

Sumar más manos
Otra idea que ha cobrado fuerza en el Directorio de AICE es tener presencia en todo el país a través de representantes regionales. “Es súper importante que tengamos un representante de la Asociación por zonas y que cada cierto tiempo nos reunamos y que, en el fondo, mueva la Asociación en las diferentes ciudades, no puede ser que solo estemos en Santiago”, manifiesta. Y al incorporar a regiones, seguramente aparecerán nuevos temas gremiales, porque “los ingenieros de regiones tendrán algunos problemas adicionales y que hay que estar visualizándolos y esa es la función de la Asociación”.

Pese a ello, Delporte insiste en que les falta tiempo, que salen muchas ideas, pero faltan manos para poder ejecutarlas: “Siempre hemos pensado en tener comités estudiando normas, pero se necesita trabajo. Ahí hay harto por hacer”.

¿Han pensado en la internacionalización de los calculistas chilenos?
Vengo persiguiendo hace rato poder hacer visitas técnicas a algún lado, conocer experiencias de otros países, podemos enriquecernos con ese tipo de cosas para conocer lo que se hace en otros lados y no solamente lo que hacemos acá.

Y ese es, precisamente, un tema gremial, ya que trata de cómo hacemos crecer nuestra industria, cómo empezamos a mirar para fuera también, cómo la ingeniería puede empezar a prestar servicios a los países vecinos o a los otros países que son sísmicos, porque nuestro fuerte son las estructuras sísmicas, entonces creo que ahí hay harto camino para recorrer.

¿Y es necesario avanzar en el uso de la tecnología?
El quehacer de la ingeniería ha ido cambiando y eso es importante visualizarlo. Todo este tema del BIM ha hecho que la forma de operar las oficinas o la ingeniería vaya cambiando y va a ir transformándose cada vez más rápido. La Asociación tiene que estar atenta a ese tipo de cosas, tenemos que ir revisando nuevos servicios, creo que las oficinas tienen que ir incorporando toda esta revolución tecnológica. En el último congreso tratamos de transmitir eso y nuestros socios tienen que estar atentos. Si no, van a ir desapareciendo algunos, la forma como se va haciendo la ingeniería es diferente al utilizar la tecnología, a lo mejor el diseño no cambia mucho, pero la forma en que lo haces sí va a ir cambiando y eso va a impactar en los ingenieros.

Un estándar de diseño chileno

¿Hay un tema pendiente con educar a la ciudadanía en relación con lo que hace el ingeniero estructural?
Siempre lo he comentado, la gente no sabe quién calculó su edificio, a veces tampoco se sabe quién fue el arquitecto, pero es más fácil conocer ese dato. Pero los ingenieros ni por casualidad. Y esto es porque las cosas las hacemos bien; cuando entras a un departamento tienes la seguridad de que está bien diseñado, entonces lo das por descontado. Somos invisibles para el público, y muchas veces para las inmobiliarias también, no es que el edificio va a vender más porque está diseñado con uno u otro calculista, en cambio en la arquitectura sí puede pasar, que utilizan al arquitecto como argumento de venta.

Me gustaría escuchar un aviso que diga venga a vivir a una casa diseñada por tal calculista, pero es difícil que suceda.

Se ha llegado a un estándar de diseño estructural.
Sí y eso es un mérito de la Asociación, por la institucionalidad de los revisores. Al haber revisores de cálculo, se logró no solamente que los proyectos fueran de mejor calidad, sino que se generara un traspaso de información, de procedimientos o formas de diseño, porque si yo le reviso a otro calculista, veo cómo lo hizo y si no me parece cómo lo hizo, le comento y al hacer eso, el otro calculista va a aprender, y si él tiene una contrapropuesta, yo voy a aprender de ellos. Hay un intercambio de información y eso empezó a estandarizar la forma de diseño, de cómo se aplica la norma y de cómo se aplica cierta metodología.

¿Y hoy puede haber diseño bueno o malo, o hay un diseño mejor que otro?
Sí, hay que distinguir entre las oficinas conocidas y los ingenieros conocidos, donde el estándar es bastante similar. Pero sí hay proyectos malos, me ha tocado revisar proyectos que hemos tenido que hacerlos completamente de nuevo. Gracias a la revisión se detectaron, pero hay gente que diseña sin experiencia y sin los conocimientos adecuados.

Vuelve a salir el tema de la acreditación de los calculistas.
Hoy cualquier ingeniero puede calcular, aunque no haya estudiado estructuras, eso es complicado, cualquier ingeniero puede firmar, aunque no tenga nada de experiencia. Y ahí empieza el tema que necesitamos debatir, ¿vamos a necesitar acreditación? En otros países, para comenzar a firmar, el ingeniero tiene que haber pasado por una oficina y un tutor. En nuestra profesión, la mayoría de las cosas se aprenden en la práctica, la teoría se aprende en la universidad, pero la técnica en la práctica, y esa técnica es sumamente importante para el buen desarrollo de los proyectos.

Entonces, sería interesante tener la figura del tutor, que el ingeniero para empezar a firmar y acreditarse tenga que pasar uno o dos años trabajando en alguna oficina que tenga un ingeniero ya acreditado.

¿Hay consenso de esta idea en la Asociación?
Hay colegas que comentan que da lo mismo, porque como están los revisores, ellos frenan los malos diseños, porque el revisor sí debe tener experiencia, tiene categorías 1, 2 y 3 y puede ir revisando tipos de proyecto de acuerdo a su categoría, entonces efectivamente puede frenar esas cosas. Pero no sé si el sentido es ese; en todo caso, la discusión hay que abrirla. Tengo mi pensamiento y como past president quiero abrir el debate.

¿Cómo te gustaría que la Asociación estuviera en dos años más?
La verdad es que quiero verla fortalecida y participando, debatiendo estos temas que nos preocupan y ojalá muchos otros. Verla cumpliendo su objetivo, liderando el quehacer de la ingeniería estructural. Hay otras instituciones hermanas que también nos quitan este peso, y hay que convivir con ellas, pero tenemos que transformarnos en ese referente. Estos dos años que vienen el objetivo debería ser ese, cómo levantamos los temas gremiales que puedan ser importantes, salir sin dejar el área de la producción y transformarnos realmente para visualizar el quehacer de la ingeniería estructural, que yo como socio mire y vea cómo el directorio está preocupado de los temas que me afectan, ojalá que de aquí a dos años nos transformemos en eso.